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martes, 18 de junio de 2013

La Cofradía de los Hermanos de la Costa 1620 (III)

La cofradía

La Cofradía de los Hermanos de la Costa

La Isla de la Tortuga, está situada al norte de la Española (hoy Haití), de 180 km2; debe su nombre a Cristóbal Colón  que vio (en su primer viaje) unas montañas cuya forma le recordaban a una tortuga, su zona norte es inaccesible por ello lleva el nombre de “Costa de Hierro”, en cuanto a la parte sur por su relación agua-tierra era excelente como puerto, de hecho durante el siglo XVII se mantuvo un establecimiento el cual se convirtió en un mercado donde los bucaneros y filibusteros, comercializaban sus capturas de los barcos españoles. Luego se convertiría en refugio de piratas.

En 1620 como protección y defensa, conformaron una pequeña sociedad al margen de las reglas que regían el mundo europeo, se crea la “Cofradía de los Hermanos de la Costa”, una especie de asociación de mutuo socorro; y como toda sociedad tenía leyes, pero no escritas eran más bien un código de conducta al que todos se sometían juramentándose para prestarse ayuda e inclusive para dilucidar sus disputas en cuanto al robo entre los mismos piratas.

Sus principales principios o leyes eran:

1ra.- se imponía la igualdad entre los miembros, más allá de su religión u origen nacional (aunque era natural que se crearan grupos más cohesionados en relación con el origen europeo y con la lengua hablada).

2da.- Se prohibía la propiedad individual de la tierra, a menudo también esto se aplicaba a los barcos que se consideraban propiedad colectiva.

3ra.- era ilícito inmiscuirse en la libertad personal de cada uno.

4ta.- Nadie podía esclavizar a otro individuo o validar las leyes de las sociedades europeas. Esto era que los problemas se resolvían entre hermanos. Solamente se perseguía a los traidores que habían delatado a los poderes coloniales a sus cofrades.

5ta.- Se negaba el acceso de las mujeres blancas a la cofradía, ya que en la Tortuga había mujeres y esclavas negras.

6ta.- su igualdad era al extremo de que había una tabla de indemnizaciones para compensar a quienes resultaban lisiados y era común que antes de entrar en correría, cada pirata se conjuraba con otro que en el caso de ser muerto en combate el otro se convertía en su heredero.


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