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miércoles, 25 de febrero de 2015

José Agustín Oviedos y Baños (1661-1738)

José Agustín de Oviedo y Baños
(1671-1738)

“Historia de la conquista, y población de la provincia de Venezuela escrita por D. Joseph de Oviedo y Baños, vecino de la ciudad de Santiago de León de Caracas, quien la consagra y dedica a su hermano el Señor D. Diego Antonio de Oviedo y Baños, Oydor de las Reales Audiencias de Santo Domingo, Guatemala y México, del consejo de su Majestad en el Real, y Supremo de las Indias”

Con ese título, que tal vez es el más largo en la historia literaria de Venezuela, José de Oviedo y Baños le da nombre a la primera parte de su libro, editado en 1723: “Historia de la Conquista y población de la provincia de Venezuela”, el cual está dividido en cuatro libros, que van desde 1498, con  el desembarco de Cristóbal Colón en Macuro, hasta  1579 con la muerte de Francisco Fajardo.

José Agustín de Oviedo y Baños nace en Santa Fe de Bogotá en 1671(aunque en algunos libros aparece la fecha de 1761).

Descendiente de Juan Antonio de Oviedo y Ribas y  Josefa de Baños Sotomayor,  ella oriunda de Lima y su padre nacido en Salamanca. Don Juan fue profesor de Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca, luego el 29 de julio de 1664 será nombrado fiscal, recibiendo el cargo el 26 de marzo de 1665, y ejerciéndolo hasta la fecha de su muerte el 28 de enero de 1672.

José Agustín y su hermano Diego Antonio arriban a Caracas en el año de1686, vienen bajo la tutela de su tío: el obispo Diego de Baños y Soto Mayor; este le abrirá las puertas del conocimiento, primero cumpliendo el oficio de secretario, ya en Lima había estudiado gramática, retorica y elocuencia, luego en Caracas, se  codeara con profesores, maestros, teólogos y otros letrados quienes lo empujaron al estudio del Derecho.

A los dieciocho años, quiso José Agustín, ingresar a la milicia y convertirse en “Caballero de Santiago” lo cual fue aprobado por el Rey de España el año de 1690. Por su salud no logró ser Caballero, pero en 1728 llegó a Teniente General de las Armas y Milicias de la Gobernación, cuyo rango fue  confirmado en 1730.

El 19 de marzo de 1698, se casa con la viuda, doña Francisca Manuela de Tovar y Mijares de Solórzano, teniendo 10 hijos.

José Agustín ejerció varios cargos públicos. En el año de 1699 fue nombrado Alcalde del segundo voto del Ayuntamiento de Caracas, luego en 1710 fue alcalde de primer voto y en 1722, renuncia al cargo de “Regidor perpetuo”.

Posteriormente el Cabildo le solicita la elaboración de un calendario con las fiestas religiosas de estricto cumplimiento. 
Esto y el ejercer  durante  mucho tiempo su condición de Alcalde, le permitió hurgar en los armarios los documentos de la historia que va a comenzar a escribir…agreguémosle a esto el don de gente que le permitió codearse con la alta estirpe como la familia del Marqués de Mijares.

Hay muchas críticas en referencia de este libro, cuyo título está al principio de este escrito… algunos consideran que Oviedo y Baños es solo un repetidor de historias, otros consideran que dicho libro esta inconcluso, etc.…

Examinemos algunos comentarios de otros escritores:

Su actuación como Alcalde del Ayuntamiento caraqueño permitió revolver los archivos de la Capitanía y ante el hallazgo de datos que no habían sido utilizados por ningún cronista, decidió escribir un libro que fuese la versión fiel de los prodigiosos sucesos de Venezuela” (Ramón Díaz Sánchez).

“Cuando leemos a Oviedo y Baños, nos sumergimos en su mundo, no solo ese que nos configura para desfilar a lo largo de la historia distante, sino en otro, suyo, muy propio, allí donde leía y meditaba, donde consagraba vigilias a la administración que se le confiaba y sabia conducir con una idoneidad que se rememora con el respeto que se supo  ganar”. (Pascual Venegas Filardo).

Oviedo y Baños representa el eslabón final de los últimos historiadores coloniales, a pesar que su libro tiene algunas lagunas, está pensado como lo que es: un escritor profesional, ejemplo de ello lo vemos en el capítulo dedicado a Lope de Aguirre y su hija, o el dedicado a la fundación de Caracas.

 Parece ser que  Oviedo tenía en mente (o ya lo había escrito…al menos es lo que parece) una segunda parte donde se hablaba de algunas familias y de algunos de sus secretos y pecadillos (los cuales, imaginamos que muchos los sabían) y las cuales se sintieron ofendidas.

Don Arístides Rojas, ha ahondado  y esclarecido el contenido de ese volumen que alguien hizo desaparecer. Allí estaba la reseña, la disección “de una sociedad que se alimentaba de mentiras y de preocupaciones. De aquí nacieron las competencias escandalosas, cuestiones de vanidades, que durante ciento cuarenta años, existieron entre las autoridades civil y eclesiástica”...


Fray Pedro Simón (1581-1627)

Fray Pedro Simón
(1574-1628)

En el salón de sesiones de la Academia Colombiana de la Historia, en Bogotá, se encuentra un retrato de Fray Pedro Simón. No es pintura antigua, apenas de 1927, cuando la hizo Francisco A. Cano. Y una silla tiesa, celda de monje, mesa áspera de madera, folios para la escritura, se adivina un libro, un legajo de archivo, tintero y arenilla, pluma verdadera, de ave grande, ambientan el cuadro.

Fray Pedro está atento a los papeles, pluma en ristre, dedicado a su faena de escritor. Es un hombre en la fuerza de su edad, en el acmé de la vida, por los cuarenta años. Rostro pensativo, calva pronunciada, nariz recta, la oreja derecha visible, escuchadora, recogidos los labios, el monje medita, revisa, escribe, con sus largos dedos de intelectual. Es una buena y delicada interpretación de pintor para una figura lejana físicamente, llena de curiosidades su huella intelectual” (Guillermo Morón).

Este Franciscano español, profesor y cronista, nace en 1574 (otros sostienen que nació el 12 de agosto de 1581), en un pequeño pueblo, ubicado a las orillas del río Júcar, llamado San Lorenzo de la Parrilla, en el obispado de Cuenca (España). Su Padre fue Pedro Simón y su madre Ana Domínguez. Es muy poco lo que se sabe de sus pasos en su país natal.

 Decide desde muy joven ponerse los hábitos, para ello viaja a Cartagena (España), donde lo logra y pasa formar parte de la cofradía de los franciscanos.

 Para 1604 teniendo apenas 30 años, él y doce de sus compañeros acepta la invitación de viajar hacia el nuevo mundo para ampliar su educación religiosa, zarpan desde Sanlúcar el 30 de  Abril de 1604, va a bordo del galeón “San Cristóbal”, que hace escala en Margarita antes de llegar a Cartagena de Indias el 29 de junio del mismo año.

 Entre 1605 y 1612 Simón se dedica casi exclusivamente a la docencia, al arte y a la teología, logrando enseñarles con maestría y con la dedicación de 14 años como maestro.

Poco a poco va metiéndose en la política eclesiástica, la cual le brindó la oportunidad de tener cargos como: Definidor provincial, Guardián del convento de San Francisco en Santa Fe, visitador de la Provincia Franciscana de Santa Cruz de Caracas, cuya jurisdicción  abarcaba las islas de Santo Domingo y Puerto Rico. Este oficio de ministro provincial como visitador le permitió  visitar casi todas las zonas del Nuevo Reino de Granada.


Colombia y Venezuela fue el tema principal de sus estudios, titulados: “Noticias historiales de la conquista de  Tierra Firme en las Indias Occidentales”.

En 1608, acepta la invitación del presidente de la Real Audiencia, don Juan de Borja para participar en la expedición contra los indígenas  de la gran nación de los Pijaos, la importancia de este enfrentamiento queda grabado en parte III, Noticias VII, capitulo 23 al 50.

En 1610 nos cuenta Fray Simón en “Noticias Historiales” (segunda parte), sobre “un extraordinario terremoto” del cual se salvaron “las cajas donde estaba el santísimo sacramento”, así mismo nos cuenta como Benito Rosal salió ileso aunque le cayo encima la casa (Parte VII, capitulo XXXV.4).

Terminado los tres años de su ministerio, fue asignado al convento de  San Diego de Ubate, donde es posible que hubiera muerto entre octubre de 1626 o el 7 de mayo de 1628, ya que esta fecha queda escrito su nombre con la leyenda de: “Que sea en la Gloria”
Sus Obras

A pesar que su periplo de viajes abarcó varios lugares como: Santo Domingo y Puerto Rico, casi todo el libro está dedicado a las provincias que hoy forman las republicas de Venezuela y Colombia.

Las “Noticias historiales de la conquista de Tierra Firme en las Indias Occidentales”, empiezan con una introducción en la que Pedro Simón nos describe la historia, sin ningún interés especial, luego analiza el descubrimiento, la población precolombina y el nombre dado a las nuevas tierras, haciendo gala de un escaso espíritu crítico.

Cuentan con cinco tomos, de los cuales  la primera parte fue editada en Cuenca en 1626. Algo curioso se nota en la estructura de las obras: primero son divididas en tres partes, cada una de esas partes se dividen en siete noticias y cada noticia en capítulos.

En 1819, después de 192 años de haberse editado el primer tomo, se intentó editar lo que faltaba, con la pésima idea de modificar el lenguaje original, porque los editores, dueños de una revista madrileña, consideraban que les parecía “inadecuado”; pocos fueron los capítulos que salieron al público.

También en la Inglaterra de 1848, se publicaron algunos fragmentos dejándolos huérfanos de compañía.

Llego el año de 1882, cuando don Medardo Rivas, impresor bogotano,  decidió publicar las “Noticias historiales…” completas.

Luego se harán  dos (1953 y 1981) nuevas ediciones también en Bogotá.


Fray Pedro de Aguado (1538-1609)


Pedro de Aguado nace en el Valle de Valdemoro Provincia de Madrid (España), la fecha exacta de su  nacimiento es desconocida, algunos historiadores en que pudo ser en 1538, otros lo ubican en 1513; lo que sí se sabe es que fue bautizado precisamente en el 23 de enero de esa fecha (1513). Se cree que su familia era de cierto abolengo que ocupaban posiciones políticas importantes en su próspera ciudad.

En cuanto a su ordenamiento como sacerdote, aún  se desconoce la fecha, la  única información de su estadía en su tierra natal es casualmente su partida como misionero hacia el nuevo mundo en 1561.

Sale acompañado por 49 apóstoles que dirigió Fray Luis Zapata, entonces nombrado Comisario-Reformador del Perú. A partir de ese viaje Fray Pedro Aguado se dedicara a evangelizar aborígenes.

Cuando alcanzan al nuevo mundo, 6 de estos franciscanos incluyendo a Aguado deciden quedarse en Cartagena, luego, subiendo por el río Magdalena llegan al Nuevo Reino de Granada, allí fray Aguado se dedica a predicar la doctrina frente a algunas encomiendas como las de Luis López Ortiz, la de Juan Ortega, Andrés Vásquez Molina, entre otras.
Se sabe que estuvo como doctrinero en las poblaciones de Nemeza, Zipaquirá, Bosa, Cogua (en Cundinamarca), entre muchas otras, y pudo con la colaboración de los indígenas la construcción de dos Iglesias donde hacer sus oficios.

 Su labor evangelizadora no le permite quedarse mucho tiempo en  Cartagena, y recibe, en el año de 1562, el nombramiento de “Guardián del convento franciscano de Santafé de Bogotá”.

Y en el año de 1569, los indios de Cocua, como primeros indígenas que se convirtieron al cristianismo, escribieron una misiva a la Real Audiencia  donde  declaraban que querían  dejar sus ritos y casarse con una sola esposa.

El 29 de Agosto de 1573 es nombrado provincial de su orden en el Monasterio de Santa Fe, y como todo principiante le era obligatorio visitar sus santuarios. Allí pudo comprobar la poca devoción que tenían los encomenderos, llegando sin contemplación hasta la hambruna que presentaban los indígenas.

Para 1574 es nombrado por sus superiores, “procurador” y se le encomienda llevarles a la curia de España una serie de quejas y petitorios (cosa que los anteriores procuradores no habían podido resolver.

En 1575 (13 de enero) le es dada la autorización de la Real  Audiencia para su viaje hacia  su amada tierra natal, alojándose en el convento de San Francisco en la ciudad de Madrid,( algunos historiadores sostienen que fue allí donde fray Pedro recibe sus hábitos).

Su llegada, acompañada por el provincial de los dominicos: fray Antonio de la Peña, no fue de la complacencia de los oidores, ya que recientemente se habían dado al conocimiento las nuevas “Leyes del Patronazgo Real” donde se le conceden al poder civil la autoridad de los asuntos eclesiásticos

Al fin su viaje, el cual trataba sobre lo difícil que ya era dilucidar la aplicación de esas leyes, se convirtió en un fracaso que al igual que los anteriores, tampoco pudo Fray Pedro resolver los problemas ante  sus oidores.

Al sentir que su presencia era de mal agrado, Aguado les solicita a la Real Audiencia  la autorización para regresar al Nuevo Reino de Granada, este permiso tardó ocho años en serle autorizado lo cual refleja que fue utilizado como castigo a la actitud de fray Pedro de Aguado, que sencillamente consistía en la defensa de los indígenas, de la carencia de vida, del bajo salario que recibían los encomenderos para realizar las obras de evangelización.

Aún hoy es difícil para los estudiosos, determinar la fecha exacta de cuando Aguado regresa al Nuevo Mundo, el caso es que en 1583 lo encontramos en Santafé, según un escrito de su compañero fray Esteban de Asencio: “Y el dicho fray Pedro Aguado, después de haber estado en su provincia de Castilla ocho años, ocupado con oficios honrosos, volvió a la provincia del Nuevo Reino por algunos fines de más servir a Dios, donde está morador del Convento de Santafé”.

  Esta es la penúltima noticia donde se registra el nombre de Aguado, ya que luego de varios años  aparecerá  ya anciano, en 1589,  firmando  una carta donde los franciscanos de la Orden ponderan la actitud de ejercer su cargo, el gobernador Lodeña.

Aún se desconocen muchas cosas de Fray Aguado, entre ellas la fecha de su muerte y el lugar donde fue enterrado, incluso se desconoce algún documento de su manuscrito…

… Sus Obras:

 El hecho de ser parte de la conquista y conociendo las actividades de los Welser de Augsburgo y de otros conquistadores, Aguado escribió un testimonio historial, dedicado a Felipe II y dividida en dos partes, las cuales fueron publicadas después de su muerte: la primera en 1906, titulada “Conquista y población de Santa Marta y Nuevo Reino de Granada (escrita en 1581), y la otra: “Historia de Venezuela” publicada en 1913 (y escrita en 1582).

Estas obras, posteriormente  le serían de mucha ayuda a fray Pedro Simón (1574-1628) en sus “Noticias historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales”.
Y a José Oviedo y Baños (1671-1738) para su “Historia de la Conquista y población de la Provincia de Venezuela
Posteriormente y debido a la importancia de esas obras, en cuanto a las vivencias tanto de españoles como de indígenas, fueron posteriormente editadas por la Academia Española de la Historia en los años de 1816 y 1918. Destacando la importancia que como cronista tuvo en contarnos…unas cuantas historias.


jueves, 5 de febrero de 2015

Juan de Castellanos, Sus Obras

Juan de Castellano

"A cantos elegiacos levanto
con débiles acentos voz anciana,
bien como blanco cisne que con canto
su muerte solemniza ya cercana"

Cuando comenzó a escribir, “Las elegías…” Castellanos estaba el ocaso de la vida y esto nos los hace saber por  este escrito...
uno de sus primeros versos.

Sus Obras:
Elegías de varones ilustres de Indias
Historia del nuevo Reyno de Granada
Discurso del Capitán Francisco Drake

Y se le atribuyen también los libros:
Historia Indiana y
libro de octavas rimas de la vida, muerte y milagros de San Diego de Abalá, estos están desafortunadamente desaparecidos.
En el caso de la obra “Elegías de varones ilustres de Indias” fue escrita para dejar constancia de los más importantes sucesos históricos de la América de arriba… la del norte, la América de las Antillas, la ayer: Nueva Granada y sobre todo sus versos están dirigidos a las Antillas, Nueva Granada y Gobernación de Popayán
Primero fueron escritas en prosa, como cualquier crónica, pero muchos de los amigos que allí se mencionaban, estaban influenciados por los escritos de D. Alonso de Ercilla y su araucana (la cual fue considerada por Cervantes como una de las mejores obras Épicas en verso castellano que ha producido España). Y Castellanos para darles gusto decidió cambiar la prosa por el verso, un gusto que tardaría más de treinta años para culminarla.
Algunos datos de la: Elegías de varones ilustres de India: La mayoría de las historias allí presentadas son recogidas por el mismo Castellanos. Consta de 113.609 versos endecasílabos (un verso de once silabas) agrupados en octavas reales (se trata de uno de los poemas más extensos en lengua española), en la cual se narran biografías de hombres que se destacaron en el descubrimiento, conquista y colonización de Hispanoamérica. También condena a los funcionarios corrompidos, el desaliento de los soldados, las injustas reparticiones de sus descubrimientos y el maltrato hacia los nativos.

La obra se divide en cuatro partes:
 La primera versa sobre los viajes (4) del Almirante Cristóbal Colón, la conquista de Puerto Rico, Cuba y Jamaica, la conquista de las islas: Trinidad, Margarita y Cubagua,  la exploración del Orinoco, y los sucesos protagonizados por Pedro de Orsua y el famoso Tirano Lope de Aguirre.
La segunda nos cuenta sobre Venezuela, el cabo de Vela y Santa Marta.
La tercera, sobre Cartagena de Indias, Popayán y Antioquia.
La cuarta trata sobre el Reyno de Granada, sobre la conquista de Bogotá y Tunja.
La parte primera a que hacíamos consideración fue editada en Madrid en 1592. Posteriormente se publicará la segunda parte, también en Madrid en el año de 1874.


Juan de Castellanos (1522-1606)

Juan de Castellanos (1522-1606)

“Y en ver la tierra firme se desvela
E islas hasta el mar de Venezuela”
(Elegía, Canto III,  estrofa 55.)

Por primera vez la palabra “Venezuela” queda impresa, inmersa en una poesía, corre el año de 1592 la ciudad es Madrid y es allí donde se está imprimiendo: “Elegías de Varones  Ilustres de Indias”, crónicas sobre la historia del  reino de Nueva Granada, cuyo autor es Fray Juan de Castellano…
Este cronista y poeta español, nace de una pequeña familia de campesinos, en el pueblo de Alanís, provincia de Sevilla el 9 de marzo de 1522, muy joven abandona su hogar y viaja hacia  Sevilla, bajo la tutela del presbítero Miguel de Heredia (quien certificaría años después que dicho discípulo “salió de su poder, hábil y suficiente preparado para poder enseñar en todas y cualquier parte donde él quisiera”; su maestro le enseña gramática, Latín, Poesía y oratoria entre otras.
No conforme con eso, su “yo” aventurero lo insta a irse, acompañado de su paisano Baltasar de León (hijo del  soldado Juan de León), ambos con edades de diecisiete años (otros sostienen que su edad era entonces de 8 años), decidiendo marchan como soldados, rumbo al nuevo continente.
Su llegada es en Puerto Rico, allí trabajó como monaguillo en la iglesia metropolitana, lo cual le ayuda a pulir el latín y a estudiar sobre los clásicos y  humanidades, esto le servirá  posteriormente, cuando se convierta a sacerdote.
Pero antes del sacerdocio y según algunos, a la edad de catorce años se une a las tropas  del gobernador Antonio Cedeño, y bajo el mando del capitán Rodrigo Vera, marcha para enfrentarse al conquistador Jerónimo Ortal, quien sale derrotado en la Isla de Trinidad.
Luego de la muerte de Ortal, los derrotados se unen al grupo de Sedeño y este decide que es más rentable el atrapar los indios y luego venderlos, que seguir persiguiendo al enemigo. Y así Castellanos llega hasta el Meta, dejando detrás la muerte del Capitán Sedeño (envenenado por su amante Ana Francisca, en marzo de 1538).
Es enero de 1539, lo que era la antigua tropa de Sedeños, se divide en dos bandos, Castellanos decide seguir con uno de los grupos hasta Curazao.
 En 1541 lo encontramos en Nueva Cádiz, la primera ciudad de Venezuela y de América del Sur, allí es testigo de la furia que  enfrentan de los elementos para destruir con la catástrofe  a dicha ciudad luego de la tragedia pasa a la Isla de Cubagua bien llamada “la isla de las perlas”.
En 1544 se encuentra bajo las órdenes del capitán Salguero, entra por primera vez a Colombia, lo hace por el Cabo de La Vela, además de seguir con el comercio de las perlas, se convierte el padre de una niña llamada “Gerónima”, luego se residencia en Valledupar, allí es solicitado por  el capitán Lorenzo Martin, quien lo invita a  fundar la población de “Tamalameque”.
En 1545, está bajo el mando de Luis Pardo, quien lo lleva hasta el rio “Guachaca, trabajando como minero, esto lo obliga a viajar hasta Santa Marta en 1546 para enfrentarse ante las autoridades, debido a las molestias que atribuyen a la minería, los habitantes y vecinos de dicho rio.
En 1550, junto a Hernando de Santana funda la “Villa de Valledupar”, y comienza con los trámites para la ordenación de los votos para el sacerdocio.
1552 se une al capitán Pedro Ursúa, el cual decide después de embarcar, que va a unirse al Perú, Castellanos lo abandona, teniendo la razón, luego se enteraría de la muerte de Ursúa a manos de Lope de Aguirre y sus marañones.
A principios de 1554 Pedro de Heredia  naufraga en las costas de Tarifa, y Castellanos acompaña a sus deudos.
1555 En Cartagena, Castellanos cumple 40 años y decide definitivamente convertirse en estudioso de la vida religiosa, ordenándose sacerdote y celebrando su primera misa cantada en la casa de Nuño de Castro, en Cartagena, donde fue cura desde 1560 hasta 1561, convirtiéndose en tesorero del capítulo catedral y luego le entregan la parroquia de Santiago de Tunja, donde sirve 45 años.
Castellanos muere en Tunja, el 27 de noviembre de 1606 a la edad de 84 años.



martes, 3 de febrero de 2015

Gonzalo Jiménez de Quesada (sus Obras)

Gonzalo Jiménes de Quesada (obras)
Gonzalo Jiménez de Quesada:
(II parte- sus obras)


“De cómo en este tiempo presente los españoles son odiados de todas las naciones de la tierra por aber sujetado a casi toda la rredondez d’ella, y de todas las más de las naciones que en ella ay pobladas, y de las demás causas que ay para esto.
¿Por dónde caminará ya el día de oy el español que pueda contar senzilla y verdaderamente sus hazañas? ¡Qué gente ni que nacon le querra oyr sinmezclalle mil fábulas en los quentos berdaderos, y mil cosas que no pasaron con las que pasaron?; de manera que a esta quenta no se hallará la certa casi en ninguno de los estraños escritores.” (La autografía es la antigua).

Así comienza la hasta ahora la mejor obra escrita por Gonzalo Jiménez de Quesada, titulada “El Antijovio*”, que es la refutación a un libro escrito contra los españoles en Italia, por Paulo Jovio, arzobispo italiano de Nochera. Según se lo dedica en el prólogo el mismo Quesada. La obra consta de 55 capítulos y fue escrita entre el 29 de junio y el 30 de noviembre de 1567.

*El titulo real de este libro es el siguiente: “Apuramientos y anotaciones sobre la historia de Paulo Jovio, obispo de Nocera y ordenaba Don Gonzalo Ximenes de Quesada, en que se declara la verdad de las cosas que pasaron en tiempo del imperador Don Carlos V, desde que comenzó a reinar en España hasta el año MDXLIHI, con descargo de la nación española. Lo cual escribía y ordenaba Don Gonzalo Ximenez de Quesada, Adelantado y Capitán General en el nuevo Reino de Granada

Entre otras obras que aún se conservan están “Indicaciones para el buen gobierno (1549) y, Las memorias sobre los descubridores y conquistadores que entraron conmigo a descubrir y conquistar este Nuevo Reino de Granada (1576).

Hay otras obras que están extraviadas, ellas son: “Compendio Historial”, Relación de la conquista del Nuevo Reino de Granada” y “Ratos de Suesca”
En comparación con otros conquistadores como: Cortez o Pizarro, los logros de Quesada han sido minimizados por muchos historiadores, tal vez por ser menos ostentosos. Pero la diferencia entre estos y Quesada fue que este conquistador era un letrado,  que cuyo final fue dejarnos de su puño y letra…su historia.

Antonio Gómez Restrepo (Bogotá 1869-1947) nos escribe en su “Historia de la literatura colombiana” Vol.II, (1953) Lo siguiente: “Para este país (Colombia) constituye una fortuna el haber sido conquistado, no por un aventurero ignorante y brutal, sino por un hombre culto y letrado” (p.19).
 Luego nos declara que su placer…”eran las letras. Amaba la poesía, como la han amado los colombianos.”


Gonzalo Jiménez de Quesada (1509-1579).


Gonzalo Jiménez de Quesada (1509?-1930)
(1ra parte)

Hay dudas en cuanto a la fecha de su nacimiento y también sobre el lugar donde nació, algunos sostienen que fue en Córdoba, otros en Granada. Tampoco se sabe cuando realiza su viaje a Italia, lo conocido es que allí se convirtió en soldado y que en 1530 resuelve regresar a su tierra natal…España.

Allí se dedica a estudiar en la Universidad de Salamanca la carrera de abogado, terminándola con excelentes notas sirviéndole esto para ser nombrado en 1533, jurisconsulto de la Real Cancillería de Granada.

En 1535 resuelve enlistarse como  representante de la corona española, con el objeto de administrar justicia en la expedición contratada por su majestad Carlos I de España y dirigida por Pedro Fernández de Lugo, el cual tomará el cargo, debido a la muerte, del anterior gobernador de Santa Marta (actual Colombia).

Desde su descubrimiento (por Rodrigo Bastidas en el año 1501 y luego por Jerónimo de Melo, quien realizó su primera entrada en 1519) se habían intentado muchas veces remontar el Magdalena, tratando de alcanzar las tierras que se suponían estaban llenas de riquezas, y todas las intentonas habían fracasado.
 
En esta expedición Quesada tenía órdenes explicitas sobre la importancia que significaba mantener la paz con los aborígenes, pero también tenía la obligación de solicitarles a dichos aborígenes le entregaran cuantiosas sumas de oro, para mantener el financiamiento de la conquista. Y si de parte de los habitantes había, como en efecto lo hubo, quienes se negaban a colaborar serían pasados por las armas.

A los tres meses de su llegada al puerto, el  5 de abril de 1536, Jiménez Quesada y su hermano (Hernán Pérez) marchan, acompañados de 670 hombres (aunque algunos historiadores sostienen que fueron 500), quienes partirán por tierra  rumbo a las nacientes del rio Magdalena.  Y A pesar de las vicisitudes  que otros no habían podido resolver, Quesada y sus hombres se enfrentaron a pantanos, a riachuelos que de pronto se convertían en masas de aguas indomables, sin contar las plagas y los encontronazos con nuestros indígenas y sus flechas repletas de veneno. El 15 de abril de 1536, luego de recorrer cientos de kilómetros, llama a esas tierras “Nuevo Reino de Granada”.

 Durante su caminata, tropezaron con nativos que transportaban piedras de sal, Quesada decide cambiar la ruta, en busca de la que lo aborígenes llamaban la “laguna de Sal”
  

Para abril de 1537 Llegan a un valle al que Quesada llamará el “Valle de los Alcázares”, debido al orden y a la belleza de sus bohíos, cuyas puertas estaban adornadas con oro y piedras preciosas. En este valle también estaba la vivienda del Zipa (cacique); habían entrado en los dominios de la tribu de los Chibchas o muiscas, cuya artesanía y el manejo de la agricultura demostraba el alto conocimiento que habían logrado. Al principio su llegada fue aceptada con gentileza, esto a causa de que los indígenas también adoraban el símbolo de la Cruz, y consideraron a los recién llegados (con sus espadas) como los hijos del sol. Posteriormente Quesada tuvo que enfrentarse ante el zipa, estos huyeron asustados, ya que nunca habían conocido el fuego de los arcabuces, ni los caballos. Posteriormente  viajaron hasta Tunja allí se enfrentaron también con el zaque (en su lengua el jefe) incendiando el templo del Sol, el más grande de la región y obteniendo  un maravilloso botín (en Tunja se adueñaron de 182.536 pesos de oro puro, 29.806 pesos de oro de menor calidad y 836 esmeraldas).

De aquellos 670 hombres que enfrentaron la enorme travesía de seguir el curso del rio Magdalena, tan solo llegan, a la actual Sabana de Bogotá (Bocatá fue el nombre indígena del antiguo reino), 166 sobrevivientes. Muchos de sus soldados fueron quedando en las orillas del rio, bien sea por las flechas envenenadas, las plagas y sobre todo por el hambre; Quesada había prohibido sacrificar los caballos, so pena de muerte, pero fue permisible con el consumo de los cadáveres. Hoy se considera que Quesada tenía razón en cuidar sus bestias, ya que sin ellas hubiera sido imposible su travesía.

El 5 de agosto de 1538, en una pequeña iglesia construida para ese fin, fray Domingo de las Casas celebraría la primera misa, y Jiménez Quesada ordenaría construir 12 bohíos en los que cada uno representaría a un apóstol. En ese pequeño lugar se fundó lo que  con el tiempo sería la más importante capital del reino de Nueva Granada: la ciudad de Santafé de Bogotá, hoy capital de Colombia.

A principios de 1539, llegan a la recién fundada ciudad, dos expediciones más: La  que parte del Perú, comandada por Sebastián Belalcázar y la que sale de Venezuela  dirigida por el alemán Nicolás Federmann, los tres casi se van a las armas, luego deciden dejar a la corte española el arbitraje de quien debería ser nombrado “gobernador”. A pesar de que Jiménez tenía todo el merito para serlo, incluso tenía la anuencia de su superior, cosa que carecían los otros conquistadores, El Consejo de Indias decidió no otorgarlo a ninguno de los tres, más tarde nombraría como gobernador a Alonso Luis de Lugo, hijo de Fernández de Lugo.


En 1544 recibe la noticia de la muerte de dos de sus hermanos, Hernán Pérez de Quesada, quien fue segundo al mando en la expedición del Magdalena, y Francisco de Quesada conquistador de Perú. Ambos mueren a causa de la caída de un rayo en su barco,  llegando al  Cabo de la Vela (península de la Guajira).

En mayo de 1547, transcurrido ocho años de la decisión del Consejo de Indias, este decide recompensarlo con el título honorífico de Mariscal del Reino de Nueva Granada, y Gobernador de El Dorado.
Jiménez Quesada, pierde el interés por la ciudad que fundó, desempeñándose en otras actividades, ente ellas la profesión de Abogado. En cuanto a sus ingresos eran muy pocos, más bien vivía lleno de deudas.


En 1569, regresa a su ciudad, Santa Fe de Bogotá; y para paliar su situación económica decide emprender la exploración de los llanos orientales con la idea de descubrir al mítico “Dorado”; inicia la expedición en abril de ese año, se hace acompañar con 400 españoles, 1500 nativos, 1100 caballos y 8 sacerdotes. Su sueño del Dorado finaliza cuando la expedición se encuentra con la muralla  formada  por confluencia del rio Guaviare y el Orinoco.

En 1572 regresa derrotado, solo sobreviven 64 españoles, 4 nativos, 18 caballos y 2 sacerdotes…Y arruinado por la pérdida de 150.000 ducados, se retira a Suesca, que en leguaje Chibcha significaba “Roca de las Aves (actualmente es un municipio de Cundinamarca), allí se dedicó a escribir sus memorias, luego buscando una zona más calurosa para sus dolores se retira en 1579, hasta el poblado de Mariquita (uno de los dos corregimientos, el otro era Tunja, que equivaldrían a municipios en la Nueva Granada).


 Gonzalo Jiménez de Quesada, resistió los dolores causados por la Lepra, durante 4 años, luego de ordenar su testamento y otros papeles, fallece el 16 de febrero de 1579.