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lunes, 29 de abril de 2013

El Imperio del cacao (3ra parte) Los Aztecas (1430)

Los Aztecas y el Cacao

El Imperio del cacao (1430)
3ra parte

Los aztecas: esta tribu que comenzó como nómadas, llegó a formar un gran imperio cuyo principio podemos ubicarlo en 1430, cuando aliándose con los “acolhuas” dominaron la ciudad de Azcapotzalco, centro político dominante de esa época; y su grandeza termina en 1521 cuando los españoles aliados con los totonacos y los tlaxcaltecas, derrotan la resistencia en la ciudad sagrada de Tenochtitlán.

 La leyenda azteca: Quetzalcóatl, dios principal del panteón prehispánico es representado como la serpiente emplumada, y era el dios bondadoso que enseñó a los hombres las artes de la agricultura, la astronomía, la medicina y las artes plásticas.

 Una de las leyendas narra que una princesa que guardaba las riquezas de su esposo, un gran guerrero, que había partido a defender los confines del imperio, fue asaltada por los enemigos, quienes en vano intentaron obligarla a revelar el escondite del tesoro. Al negarse a hablar, la mataron, y de la sangre vertida por la fiel esposa nació la planta del cacao, cuyos frutos esconden un tesoro de semillas amargas como los sentimientos del amor, fuertes como la virtud y rojizos como la sangre. Es el don de Quetzalcóatl a la fidelidad pagada con la muerte.

 Otra leyenda nos dice que el dios Quetzalcóatl bajó un día trayéndole algunos regalos para los toltecas, los hizo dueños del maíz, el frijol y de la yuca con los cuales pudieron estar bien alimentados empleando las horas en estudiar, convirtiéndose en grandes arquitectos, magníficos escultores y finos trabajadores de la artesanía y como los amaba tanto decidió darles una planta que había robado a los dioses que eran sus hermanos y de la cual sacaban una bebida que solo ellos podían disfrutarla.

 Sacó el pequeño arbusto de hojas rojas y la plantó en los campos de tula, pidiéndole al dios Tlaloc que la alimentara con la lluvia y a Xochiquetzal que la adornara con sus flores; con el tiempo este arbusto sagrado dio frutos y los enseño a recogerlos, tostarlos, a molerlos y a batirlos con agua en las jícaras obteniendo así el chocolate. Esta bebida estaba destinada solo para los sacerdotes y nobles, convirtiéndose en una bebida sagrada, luego paso a los demás, cualquiera podía disfrutarla esto permitió que todo su pueblo fuesen sabios constructores y artistas lo cual despertó la envidia de los dioses y su furia al saber que estaban tomando una bebida solo destinada para ellos, juraron venganza contra Quetzalcóatl y después contra los toltecas.

Así que un día uno de los dioses disfrazado de mercader le ofreció una bebida llamada tlachihuitli (pulque) con la cual le prometió olvidaría todas sus penas, la babeó y se embriago profundamente actuando de una manera deshonrosa delante de su pueblo, a la mañana siguiente despertó con dolor de cabeza y con gran vergüenza se dio cuenta de la deshonra que habían preparado los dioses en su contra y fue tanta su vergüenza que decidió marcharse para siempre.

 A su partida, llorando, se dio cuenta que todas las plantas de cacao se habían secado convirtiéndose en huisaches, una vez estando en neonalco (ahora tabascoI, arrojó las ultimas semillas de cacao que florecieron bajo su mano y subsisten hasta nuestros días.

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