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(2da parte-Poster de L.Sisson) |
Sir Walter Raleigh (2)
(1552-1618)
Ambos
fueron encarcelados, no se sabe si en efecto se habían casado o se casaron
mientras estuvieron de prisioneros en la torre. El caso es que Raleigh demostró
ser buen marido y su esposa se dedicó a él toda su vida.
Lo
ponen en libertad debido a que había tomado en la expedición un premio valioso:
la carraca portuguesa “Madre de Dios” y había que repartir la presa, pero la
reina, que solo envió dos buques, se adueño de la mayor parte del botín,
dejándolo apenas suficiente para cubrir sus gastos.
Raleigh
se retira, en 1594, para una finca de Sherborne en Dorset. Donde le nace su
primogénito, pero una vida de calma permanente era algo que a él no le gustaba
y tenía que pensar que estaba casi en bancarrota.
En
1595 sale a navegar por las costas de América del Sur en un viaje exploratorio,
espera encontrar minas de oro, ya había oído historias sobre El Dorado y él iba
en su búsqueda. El relato de su viaje “El Descubrimiento de Guayana”, publicado
a su regreso, es el más radiante de todos sus relatos de aventuras. Pero fue
recibido con incredulidad.
En 1600 fue nombrado gobernador de New Jersey,
y al año siguiente fue testigo de la muerte del conde de Essex, ordenado por la
reina bajo los cargos de rebelión.
La
muerte de la reina en 1603 y el nombramiento de Jacobo Carlos Estuardo (Jacobo
I), como nuevo rey, le trajeron más complicaciones, la falta de dinero lo
obligo a vender sus tierras irlandesas, fue expulsado de Durham House, que fue
reclamada por el obispo, destituido de la capitanía de Guardia Real, privado de
sus negocios y destituido del gobierno de Jersey.
Es
posible que esto lo haya llevado a conspirar contra el rey, aunque nunca se ha
comprobado, y en 1603 fue enviado nuevamente a la Torre de Londres, su juicio
en Winchester fue toda una argucia para condenarlo, ya que no había pruebas
suficientes para demostrar su culpabilidad, esto le trajo nuevamente el apoyo
de la opinión pública, fue sentenciado a la pena de muerte al igual de muchos
otros, que en la práctica se convertía en cadena perpetua.
Su
confinamiento fue de 12 años los cuales le sirvieron para dedicarse a otras
labores como la experimentación química y la literatura. Allí completo el
primer volumen de su “Historia del Mundo” (1614) muy valorado en el fondo y en
la forma.
El
ya era conocido como uno de las más poéticos de los poetas liricos menores.
Tratando
de conseguir la libertad, le prometió al rey que encontraría una mina de oro en
Guayana, y el rey que necesitaba dinero y aún sabiendo que esto era casi
imposible, le permitió salir el 17 de marzo de 1617. En esta expedición se
gastaron los restos de su fortuna. El último día de 1617 llegaron a la
desembocadura del Orinoco. Raleigh llego enfermo con fiebre, manteniéndose en
Trinidad, enviando hasta el Orinoco, cinco barcos pequeños al mando de su
capitán de más confianza: Lawrence Keymis, acompañándolo su hijo Walter y un
sobrino. La expedición tropezó con un asentamiento español produciéndose
un enfrentamiento donde fallece su hijo
y se suicida Keymis.
Luego
de recriminaciones, motines y dudas, la expedición retorna a casa, al llegar
Raleigh es detenido y cumpliendo la promesa es condenado a muerte, sufriendo
suplicios y siendo decapitado en Whitehall el 29 de Octubre de 1618. Su esposa
enterró el cuerpo pero hizo embalsamar su cabeza, conservándola en una bolsa de
piel roja que mantuvo a su lado durante veintinueve años de su vida, su hijo
Carew la conservo hasta su muerte en 1666.