Pedro
de Aguado nace en el Valle de Valdemoro Provincia de Madrid (España), la fecha
exacta de su nacimiento es desconocida, algunos
historiadores en que pudo ser en 1538, otros lo ubican en 1513; lo que sí se sabe es que fue
bautizado precisamente en el 23 de enero de esa fecha (1513). Se cree que su
familia era de cierto abolengo que ocupaban posiciones políticas importantes en
su próspera ciudad.
En cuanto a su ordenamiento
como sacerdote, aún se desconoce la
fecha, la única información de su
estadía en su tierra natal es casualmente su partida como misionero hacia el
nuevo mundo en 1561.
Sale acompañado por 49
apóstoles que dirigió Fray Luis Zapata, entonces nombrado Comisario-Reformador
del Perú. A partir de ese viaje Fray Pedro Aguado se dedicara a evangelizar
aborígenes.
Cuando alcanzan al nuevo
mundo, 6 de estos franciscanos incluyendo a Aguado deciden quedarse en
Cartagena, luego, subiendo por el río Magdalena llegan al Nuevo Reino de
Granada, allí fray Aguado se dedica a predicar la doctrina frente a algunas
encomiendas como las de Luis López Ortiz, la de Juan Ortega, Andrés Vásquez
Molina, entre otras.
Se sabe que estuvo como
doctrinero en las poblaciones de Nemeza, Zipaquirá, Bosa, Cogua (en
Cundinamarca), entre muchas otras, y pudo con la colaboración de los indígenas
la construcción de dos Iglesias donde hacer sus oficios.
Su labor evangelizadora no le permite quedarse
mucho tiempo en Cartagena, y recibe, en
el año de 1562, el nombramiento de
“Guardián del convento franciscano de Santafé de Bogotá”.
Y en el año de 1569, los indios de Cocua, como primeros
indígenas que se convirtieron al cristianismo, escribieron una misiva a la Real
Audiencia donde declaraban que querían dejar sus ritos y casarse con una sola esposa.
El 29 de Agosto de 1573 es nombrado provincial de su orden
en el Monasterio de Santa Fe, y como todo principiante le era obligatorio
visitar sus santuarios. Allí pudo comprobar la poca devoción que tenían los
encomenderos, llegando sin contemplación hasta la hambruna que presentaban los
indígenas.
Para 1574 es nombrado por sus
superiores, “procurador” y se le encomienda llevarles a la curia de España una
serie de quejas y petitorios (cosa que los anteriores procuradores no habían
podido resolver.
En 1575 (13 de enero) le es
dada la autorización de la Real
Audiencia para su viaje hacia su
amada tierra natal, alojándose en el convento de San Francisco en la ciudad de
Madrid,( algunos historiadores sostienen que fue allí donde fray Pedro recibe
sus hábitos).
Su llegada, acompañada por
el provincial de los dominicos: fray Antonio de la Peña, no fue de la
complacencia de los oidores, ya que recientemente se habían dado al
conocimiento las nuevas “Leyes del Patronazgo Real” donde se le conceden al poder
civil la autoridad de los asuntos eclesiásticos
Al fin su viaje, el cual
trataba sobre lo difícil que ya era dilucidar la aplicación de esas leyes, se
convirtió en un fracaso que al igual que los anteriores, tampoco pudo Fray Pedro
resolver los problemas ante sus oidores.
Al sentir que su presencia
era de mal agrado, Aguado les solicita a la Real Audiencia la autorización para regresar al Nuevo Reino
de Granada, este permiso tardó ocho años en serle autorizado lo cual refleja
que fue utilizado como castigo a la actitud de fray Pedro de Aguado, que
sencillamente consistía en la defensa de los indígenas, de la carencia de vida,
del bajo salario que recibían los encomenderos para realizar las obras de
evangelización.
Aún hoy es difícil para los
estudiosos, determinar la fecha exacta de cuando Aguado regresa al Nuevo Mundo,
el caso es que en 1583 lo
encontramos en Santafé, según un escrito de su compañero fray Esteban de Asencio:
“Y el dicho fray Pedro Aguado, después de
haber estado en su provincia de Castilla ocho años, ocupado con oficios
honrosos, volvió a la provincia del Nuevo Reino por algunos fines de más servir
a Dios, donde está morador del Convento de Santafé”.
Esta es
la penúltima noticia donde se registra el nombre de Aguado, ya que luego de
varios años aparecerá ya anciano, en 1589, firmando
una carta donde los franciscanos de la Orden ponderan la actitud de
ejercer su cargo, el gobernador Lodeña.
Aún se desconocen muchas
cosas de Fray Aguado, entre ellas la fecha de su muerte y el lugar donde fue
enterrado, incluso se desconoce algún documento de su manuscrito…
…
Sus Obras:
El hecho de ser parte de la conquista y
conociendo las actividades de los Welser de Augsburgo y de otros conquistadores,
Aguado escribió un testimonio historial, dedicado a Felipe II y dividida en dos
partes, las cuales fueron publicadas después de su muerte: la primera en 1906,
titulada “Conquista y población de Santa
Marta y Nuevo Reino de Granada (escrita en 1581), y la otra: “Historia de Venezuela” publicada en 1913 (y
escrita en 1582).
Estas obras,
posteriormente le serían de mucha ayuda
a fray Pedro Simón (1574-1628) en sus “Noticias
historiales de las conquistas de tierra firme en las Indias Occidentales”.
Y a José Oviedo y Baños
(1671-1738) para su “Historia de la
Conquista y población de la Provincia de Venezuela
Posteriormente y debido a la
importancia de esas obras, en cuanto a las vivencias tanto de españoles como de
indígenas, fueron posteriormente editadas por la Academia Española de la
Historia en los años de 1816 y 1918. Destacando la importancia que como
cronista tuvo en contarnos…unas cuantas historias.
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