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miércoles, 25 de febrero de 2015

José Agustín Oviedos y Baños (1661-1738)

José Agustín de Oviedo y Baños
(1671-1738)

“Historia de la conquista, y población de la provincia de Venezuela escrita por D. Joseph de Oviedo y Baños, vecino de la ciudad de Santiago de León de Caracas, quien la consagra y dedica a su hermano el Señor D. Diego Antonio de Oviedo y Baños, Oydor de las Reales Audiencias de Santo Domingo, Guatemala y México, del consejo de su Majestad en el Real, y Supremo de las Indias”

Con ese título, que tal vez es el más largo en la historia literaria de Venezuela, José de Oviedo y Baños le da nombre a la primera parte de su libro, editado en 1723: “Historia de la Conquista y población de la provincia de Venezuela”, el cual está dividido en cuatro libros, que van desde 1498, con  el desembarco de Cristóbal Colón en Macuro, hasta  1579 con la muerte de Francisco Fajardo.

José Agustín de Oviedo y Baños nace en Santa Fe de Bogotá en 1671(aunque en algunos libros aparece la fecha de 1761).

Descendiente de Juan Antonio de Oviedo y Ribas y  Josefa de Baños Sotomayor,  ella oriunda de Lima y su padre nacido en Salamanca. Don Juan fue profesor de Derecho Canónico en la Universidad de Salamanca, luego el 29 de julio de 1664 será nombrado fiscal, recibiendo el cargo el 26 de marzo de 1665, y ejerciéndolo hasta la fecha de su muerte el 28 de enero de 1672.

José Agustín y su hermano Diego Antonio arriban a Caracas en el año de1686, vienen bajo la tutela de su tío: el obispo Diego de Baños y Soto Mayor; este le abrirá las puertas del conocimiento, primero cumpliendo el oficio de secretario, ya en Lima había estudiado gramática, retorica y elocuencia, luego en Caracas, se  codeara con profesores, maestros, teólogos y otros letrados quienes lo empujaron al estudio del Derecho.

A los dieciocho años, quiso José Agustín, ingresar a la milicia y convertirse en “Caballero de Santiago” lo cual fue aprobado por el Rey de España el año de 1690. Por su salud no logró ser Caballero, pero en 1728 llegó a Teniente General de las Armas y Milicias de la Gobernación, cuyo rango fue  confirmado en 1730.

El 19 de marzo de 1698, se casa con la viuda, doña Francisca Manuela de Tovar y Mijares de Solórzano, teniendo 10 hijos.

José Agustín ejerció varios cargos públicos. En el año de 1699 fue nombrado Alcalde del segundo voto del Ayuntamiento de Caracas, luego en 1710 fue alcalde de primer voto y en 1722, renuncia al cargo de “Regidor perpetuo”.

Posteriormente el Cabildo le solicita la elaboración de un calendario con las fiestas religiosas de estricto cumplimiento. 
Esto y el ejercer  durante  mucho tiempo su condición de Alcalde, le permitió hurgar en los armarios los documentos de la historia que va a comenzar a escribir…agreguémosle a esto el don de gente que le permitió codearse con la alta estirpe como la familia del Marqués de Mijares.

Hay muchas críticas en referencia de este libro, cuyo título está al principio de este escrito… algunos consideran que Oviedo y Baños es solo un repetidor de historias, otros consideran que dicho libro esta inconcluso, etc.…

Examinemos algunos comentarios de otros escritores:

Su actuación como Alcalde del Ayuntamiento caraqueño permitió revolver los archivos de la Capitanía y ante el hallazgo de datos que no habían sido utilizados por ningún cronista, decidió escribir un libro que fuese la versión fiel de los prodigiosos sucesos de Venezuela” (Ramón Díaz Sánchez).

“Cuando leemos a Oviedo y Baños, nos sumergimos en su mundo, no solo ese que nos configura para desfilar a lo largo de la historia distante, sino en otro, suyo, muy propio, allí donde leía y meditaba, donde consagraba vigilias a la administración que se le confiaba y sabia conducir con una idoneidad que se rememora con el respeto que se supo  ganar”. (Pascual Venegas Filardo).

Oviedo y Baños representa el eslabón final de los últimos historiadores coloniales, a pesar que su libro tiene algunas lagunas, está pensado como lo que es: un escritor profesional, ejemplo de ello lo vemos en el capítulo dedicado a Lope de Aguirre y su hija, o el dedicado a la fundación de Caracas.

 Parece ser que  Oviedo tenía en mente (o ya lo había escrito…al menos es lo que parece) una segunda parte donde se hablaba de algunas familias y de algunos de sus secretos y pecadillos (los cuales, imaginamos que muchos los sabían) y las cuales se sintieron ofendidas.

Don Arístides Rojas, ha ahondado  y esclarecido el contenido de ese volumen que alguien hizo desaparecer. Allí estaba la reseña, la disección “de una sociedad que se alimentaba de mentiras y de preocupaciones. De aquí nacieron las competencias escandalosas, cuestiones de vanidades, que durante ciento cuarenta años, existieron entre las autoridades civil y eclesiástica”...


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