La Imagen Permanente

miércoles, 25 de febrero de 2015

Fray Pedro Simón (1581-1627)

Fray Pedro Simón
(1574-1628)

En el salón de sesiones de la Academia Colombiana de la Historia, en Bogotá, se encuentra un retrato de Fray Pedro Simón. No es pintura antigua, apenas de 1927, cuando la hizo Francisco A. Cano. Y una silla tiesa, celda de monje, mesa áspera de madera, folios para la escritura, se adivina un libro, un legajo de archivo, tintero y arenilla, pluma verdadera, de ave grande, ambientan el cuadro.

Fray Pedro está atento a los papeles, pluma en ristre, dedicado a su faena de escritor. Es un hombre en la fuerza de su edad, en el acmé de la vida, por los cuarenta años. Rostro pensativo, calva pronunciada, nariz recta, la oreja derecha visible, escuchadora, recogidos los labios, el monje medita, revisa, escribe, con sus largos dedos de intelectual. Es una buena y delicada interpretación de pintor para una figura lejana físicamente, llena de curiosidades su huella intelectual” (Guillermo Morón).

Este Franciscano español, profesor y cronista, nace en 1574 (otros sostienen que nació el 12 de agosto de 1581), en un pequeño pueblo, ubicado a las orillas del río Júcar, llamado San Lorenzo de la Parrilla, en el obispado de Cuenca (España). Su Padre fue Pedro Simón y su madre Ana Domínguez. Es muy poco lo que se sabe de sus pasos en su país natal.

 Decide desde muy joven ponerse los hábitos, para ello viaja a Cartagena (España), donde lo logra y pasa formar parte de la cofradía de los franciscanos.

 Para 1604 teniendo apenas 30 años, él y doce de sus compañeros acepta la invitación de viajar hacia el nuevo mundo para ampliar su educación religiosa, zarpan desde Sanlúcar el 30 de  Abril de 1604, va a bordo del galeón “San Cristóbal”, que hace escala en Margarita antes de llegar a Cartagena de Indias el 29 de junio del mismo año.

 Entre 1605 y 1612 Simón se dedica casi exclusivamente a la docencia, al arte y a la teología, logrando enseñarles con maestría y con la dedicación de 14 años como maestro.

Poco a poco va metiéndose en la política eclesiástica, la cual le brindó la oportunidad de tener cargos como: Definidor provincial, Guardián del convento de San Francisco en Santa Fe, visitador de la Provincia Franciscana de Santa Cruz de Caracas, cuya jurisdicción  abarcaba las islas de Santo Domingo y Puerto Rico. Este oficio de ministro provincial como visitador le permitió  visitar casi todas las zonas del Nuevo Reino de Granada.


Colombia y Venezuela fue el tema principal de sus estudios, titulados: “Noticias historiales de la conquista de  Tierra Firme en las Indias Occidentales”.

En 1608, acepta la invitación del presidente de la Real Audiencia, don Juan de Borja para participar en la expedición contra los indígenas  de la gran nación de los Pijaos, la importancia de este enfrentamiento queda grabado en parte III, Noticias VII, capitulo 23 al 50.

En 1610 nos cuenta Fray Simón en “Noticias Historiales” (segunda parte), sobre “un extraordinario terremoto” del cual se salvaron “las cajas donde estaba el santísimo sacramento”, así mismo nos cuenta como Benito Rosal salió ileso aunque le cayo encima la casa (Parte VII, capitulo XXXV.4).

Terminado los tres años de su ministerio, fue asignado al convento de  San Diego de Ubate, donde es posible que hubiera muerto entre octubre de 1626 o el 7 de mayo de 1628, ya que esta fecha queda escrito su nombre con la leyenda de: “Que sea en la Gloria”
Sus Obras

A pesar que su periplo de viajes abarcó varios lugares como: Santo Domingo y Puerto Rico, casi todo el libro está dedicado a las provincias que hoy forman las republicas de Venezuela y Colombia.

Las “Noticias historiales de la conquista de Tierra Firme en las Indias Occidentales”, empiezan con una introducción en la que Pedro Simón nos describe la historia, sin ningún interés especial, luego analiza el descubrimiento, la población precolombina y el nombre dado a las nuevas tierras, haciendo gala de un escaso espíritu crítico.

Cuentan con cinco tomos, de los cuales  la primera parte fue editada en Cuenca en 1626. Algo curioso se nota en la estructura de las obras: primero son divididas en tres partes, cada una de esas partes se dividen en siete noticias y cada noticia en capítulos.

En 1819, después de 192 años de haberse editado el primer tomo, se intentó editar lo que faltaba, con la pésima idea de modificar el lenguaje original, porque los editores, dueños de una revista madrileña, consideraban que les parecía “inadecuado”; pocos fueron los capítulos que salieron al público.

También en la Inglaterra de 1848, se publicaron algunos fragmentos dejándolos huérfanos de compañía.

Llego el año de 1882, cuando don Medardo Rivas, impresor bogotano,  decidió publicar las “Noticias historiales…” completas.

Luego se harán  dos (1953 y 1981) nuevas ediciones también en Bogotá.


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